Traducción al castellano de la reseña aparecida en el número 12, páginas 331-333, de la revista Nemus, publicada por el Ateneu de Natura, Castellón de la Plana, 2022
Flora iberica. Plantas vasculares de la Península Ibérica e Islas Baleares. Gramineae, 19(1) y 19(2). Juan Antonio Devesa, Carlos Romero Zarco et al. (eds.)
Juan A. Devesa & al. (eds.). 2020. Flora iberica. Plantas vasculares de la Península Ibérica e Islas Baleares, 19(1). Gramineae (partim). 738+XLVI pp. Real Jardín Botánico, CSIC. Madrid. Lengua: castellano. Precio: 35 €. ISBN: 978-84-00-10695-9.
Carlos Romero & al. (eds.). 2021. Flora iberica. Plantas vasculares de la Península Ibérica e Islas Baleares, 19(2). Gramineae (partim). 758+XX pp. Real Jardín Botánico, CSIC. Madrid. Lengua: castellano. Precio: 35 €. ISBN: 978-84-00-10817-5
Con la publicación, en los años 2020 y 2021, de los dos tomos del volumen 19 de Flora iberica, dedicados a las gramíneas o poáceas, culmina una monumental obra en 20 volúmenes (algunos en dos o tres tomos) que empezó a ser publicada el 1986. Son, pues, 36 los años que ha durado la publicación de esta magna obra. Ambos tomos reseñados totalizan 1496 páginas, más 66 de paginación con numeración romana. La edición de este volumen, al igual que la de los demás, ha sido realizada por el Real Jardín Botánico, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Es notable, al igual que en los demás volúmenes, la calidad tipográfica, en este volumen a cargo de la Imprenta Roal, de Madrid.
El primer tomo ha tenido como editores a los botánicos Juan Antonio Devesa Alcaraz, Carlos Romero Zarco, Antoni Buira Clua, Alejandro Quintanar Sánchez y Carlos Aedo Pérez. Han sido editores del segundo tomo los botánicos Carlos Romero Zarco, Enrique Rico Hernández, Manuel Benito Crespo Villalba, Juan Antonio Devesa Alcaraz, Antoni Buira Clua y Carlos Aedo Pérez. Han sido 55 los autores o coautores de las monografías genéricas, lista muy larga para detallarla. Cabe lamentar, en este volumen, la ausencia casi absoluta de autores portugueses. La descripción de las familias y otras entidades supragenéricas ha corrido a cargo de Juan Antonio Devesa y de Carlos Romero, por otra parte los autores más prolíficos, con 33 y 19 monografías de géneros, respectivamente. Cabe destacar la clave general de géneros, elaborada por Carlos Romero Zarco, con aportaciones de Carlos Aedo, Antoni Buira, Manuel B. Crespo, Juan A. Devesa y Enrique Rico. Además de los monógrafos, han participado en este volumen 42 asesores, un consultor filológico y tres miembros de un comité bibliográfico.
Los dibujos, magníficos, siguen con la calidad iniciada por el recordado dibujante Enric Sierra Ràfols. Las ilustraciones de este volumen de gramíneas han sido realizadas por Juan Luis Castillo Gorroño, Xavier Fornés Llodrà, Román García Mora y Rodrigo Tavera Mendoza. Sin embargo, al igual que ocurría en los volúmenes anteriormente aparecidos, se ilustran principalmente especies endémicas o de poca relevancia en el conjunto de la flora ibérica. Ciertamente, se indica la iconografía existente de las especies comunes o de distribución amplia, pero esto no palía esta deficiencia, porque las fuentes iconográficas referidas a menudo son poco asequibles y en cualquier caso su consulta representa un obstáculo.
En el introito de cada género se adjunta una explicación del nombre, hecha por Alejandro Quintanar Sánchez, bastante interesante, aunque el tamaño de la letra dificulta su lectura y que en algunos casos es excesivamente largo. Respecto al significado de los epítetos latinos o latinizados de las especies, se echa de menos el diccionario de términos específicos, que se hubiera podido hacer, si no con la amplitud que tenía en otros volúmenes de la obra, al menos de una forma sucinta.
Son tratados 134 géneros y 468 especies de gramíneas o poáceas que crecen espontáneamente en la Península Ibérica e Islas Baleares. Siguiendo el plan general de la obra, para cada especie se incluyen los siguientes apartados: nombre considerado correcto, tipo nomenclatural, iconografía, descripción, números cromosómicos, hábitat, floración, corología, nombres vernáculos, observaciones, especies a buscar e híbridos.
Como muy bien subraya Carlos Aedo, en el preámbulo del segundo tomo: “Las descripciones pasan de esencialmente diagnósticas en los volúmenes iniciales a prolijas y minuciosas en los últimos”. La prolijidad de las descripciones en este volumen sobre las gramíneas va muy bien para un especialista, pero resulta dificultosa para los botánicos generalistas. Es necesario, pues, apelar a la paciencia de los lectores y decirles que esta minuciosidad facilita el estudio de la planta, y más en el caso de las gramíneas, unas plantas con hojas externamente muy parecidas, con flores radicalmente distintas de las de la mayoría de otras fanerógamas, con frutos poco distinguibles y con pocos caracteres diacríticos, y todavía los pocos existentes suelen ser complicados de observar (histología foliar mediante cortes de hojas, artejos del raquídio, pilosidad del ovario, forma del callo, tamaño y morfología de las lodículas, etc.).
Aunque los criterios taxonómicos son tan diversos como autores hay de monografías, se han conseguido unos mínimos de coherencia gracias a los responsables del tratamiento de los géneros y entidades supragenéricas. En todos los casos, sin embargo, los patrones de calidad son altísimos.
Sería muy larga la enumeración de las dificultades taxonómicas superadas, de las aclaraciones nomenclaturales, de las actualizaciones corológicas e incluso de los comentarios basados en la taxonomía molecular. A modo de ejemplo, podría mencionarse el buen trabajo realizado con el género Festuca, una verdadera crux botanicorum. También en otros géneros difíciles (Bromus, Elymus, Helictochloa, Poa, Puccinellia, Stipa, etc.) se ha llegado a tratamientos satisfactorios. Y se han resuelto numerosos problemas puntuales (Bromus benekenii, Dactylis glomerata, Hyparrhenia sinaica, Phragmites australis, Poa pratensis, etc.). Además, son de agradecer las monografías de gramíneas naturalizadas desde hace tiempo o introducidas recientemente, la mayoría de las cuales no se podían identificar con las floras clásicas o usuales.
Un defecto que se arrastra desde el primer volumen es la pequeñez de la letra del párrafo que engloba aspectos tan importantes como la distribución geográfica, el hábitat, las observaciones [en la reseña original este aspecto no aparecía como importante, pero lo es, y mucho] y los nombres vulgares. A muchos lectores les es necesaria la utilización de una lupa, con la consiguiente molestia. Otro defecto, o por lo menos un tema de discusión, es la utilización de palabras o grafías tan extemporáneas y disonantes como “obscuro” (y no “oscuro”), o prosódicamente incorrectas como la esdrújula “lectótipo” (en lugar de “lectotipo”) o la controvertida palabra “taxon” (en lugar de “taxón”, que es la forma preferente que figura en el diccionario de la Real Academia Española) [taxón ha de ser, en buena ley, una palabra aguda, como electrón, protón, etc.]. Pero estas cuestiones lingüísticas no son para ser tratadas en esta reseña.
Como conclusión final, debe proclamarse la excelencia de este volumen doble referente a las gramíneas o poáceas de la flora ibérica y baleárica. Puede afirmarse sin ambages que enlaza dignamente con las obras clásicas de la graminología (o agrostología), parte importantísima de la botánica.
Àngel M. Hernández Cardona. Secció de Ciències Naturals, Centre Excursionista de Terrassa. amhernandezcardona@gmail.com
